Solo entonces Ava salió de su desconcierto. Gritó:
—¡Están equivocados! He estado todo el tiempo en el hospital. No hice nada. Suéltenme.
—Señorita Ramirez, si se siente agraviada, podrá explicarlo en la comisaría.
La policía no prestó atención. Ava, al verlo, solo pudo volverse hacia Harrison para