Eleanor, con sus cortas piernecitas y los brazos abiertos, corrió y se abrazó fuerte a las largas piernas de Dominic.
—Papá, yo no quiero un papá nuevo, solo te quiero a ti —dijo.
La expresión de Dominic se suavizó un poco. Por suerte, aún tenía una aliada confiable. Pero antes de poder saborearlo,