El tono dominante, la expresión fría… incluso Alessia podría malinterpretar a Dominic por estar actuando, y su corazón dio un brinco inesperado.
Sin embargo, ese repentino estremecimiento fue rápidamente reprimido, porque ella sabía mejor que nadie que no era más que una actuación.
Alessia tenía orgullo; jamás permitiría enamorarse de alguien que no la amara.
Mordió su labio, mirando sus propios pies.
Frente a la impasibilidad de Dominic, Enzo simplemente curvó los labios con desdén y, sin detenerse, se dirigió directamente al coche.
Observando cómo el auto se alejaba, Alessia liberó silenciosamente su mano del agarre de Dominic.
Dominic miró su palma vacía, sintiendo como si una parte de su corazón se hubiera ido con ella.
Vio a Alessia regresar a la casa, y su mirada volvió inadvertidamente a su mano, donde aún permanecía el calor de ella.
—¿Alessia?
—¡Sí! —respondió ella, girándose.
El rostro de Dominic se tensó, y con arrogancia dijo:
—¿Quieres ir a recoger a los niños? ¡Entonces