Por su comentario, una cena sencilla se convirtió en una cita no tan sencilla. Ximena miró fríamente a la persona que habló, pero antes de que pudiera decir algo, Andrés, quien estaba a su lado, habló.
—Alejo, hace mucho que no nos vemos —dijo con una voz tranquila que calmó poco a poco el inquieto corazón de Ximena.
También es cierto que ella y Alejandro ya no tenían relación, así que no tenía que preocuparse por malentendidos.
Alejandro, con una mirada sombría, respondió,
—Bueno, ¿lo están pasando bien, no?
Andrés sonrió y dijo:
—Parece que sí.
Manuela levantó la mirada hacia Alejandro y comentó:
—Alejo, ¿no has notado lo bien que se ven Ximena y este caballero juntos?
Alejandro, con un gesto imperturbable, asintió con los labios apretados.
—Sí.
Andrés echó un vistazo a Manuela, retiró la mirada y se dirigió a Ximena:
—¿Vamos? Te llevo de regreso.
Ximena estaba a punto de decir:
—No es necesario —pero Andrés continuó—: La noche no es segura por aquí.
Pensando en el niño en su vi