Capítulo518
Después de cuatro largas horas de cirugía, la luz roja finalmente se apagó.

Cuando el médico salió, Alejandro estaba tan rígido que casi no podía dar un paso.

El médico se alivió y le informó:

—Señor Méndez, la cirugía del joven señor se completó con éxito.

Al escuchar esta buena noticia, la enorme piedra que Alejandro había llevado en el pecho estos días cayó instantáneamente.

Él asintió,

—Haz que el mejor equipo médico cuide bien a Leo.

El médico asintió,

—Señor Méndez, no se preocupe. Seguro que curaremos al joven señor. También hemos organizado a las enfermeras; no dejarán que el joven señor se sienta solo.

Manuela también suspiró aliviada, con los ojos ligeramente enrojecidos, dijo:

—Alejo, qué alivio.

Alejandro la miró, apretando ligeramente los labios,

—Gracias.

Manuela se quedó boquiabierta por un momento, sonrojándose,

—Entre nosotros no es necesario ser tan formal.

—Te invito a cenar.— Alejandro dijo unas palabras al médico y luego miró a Manuela, —Vamos.—Por la noche.

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