Capítulo426
Alejandro estaba a punto de buscar cuando vio a un camarero empujar la puerta de una habitación privada, llevando una bandeja.

Dentro, sentados, estaban Ximena y Felipe.

Alejandro se acercó con una expresión amenazadora, pero Eduardo rápidamente advirtió:

—Don Alejandro, no te dejes lastimar nuevamente por este tipo.

Ignorando a Eduardo, Alejandro abrió con fuerza la puerta que acababa de cerrar el camarero.

Al entrar en la habitación privada, Ximena y Felipe levantaron la vista.

Ximena lo miró con sorpresa. ¿Cómo llegó tan rápido?

Al ver la expresión furiosa de Alejandro, Felipe no pudo contener su emoción.

—Hermano, estás aquí...— Felipe comenzó a decir con una sonrisa.

Antes de que pudiera terminar, Alejandro agarró su cuello, levantándolo del suelo.

—Felipe, ¡estás acabado!— Los ojos de Alejandro se volvieron rojos.

A punto de golpear, Alejandro fue detenido en el aire por la urgente súplica de Ximena: —¡Alejandro, detente!

El puño de Alejandro se quedó congelado en el aire ante s
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