Capítulo265
Veinte minutos después, Ximena los llevó de regreso a Villa Rivera. Cuando salieron del coche, los guardias de seguridad que estaban en la puerta los miraron con expresiones de sorpresa.

Ángel, que nunca había visto guardias de seguridad antes, se acercó con grandes ojos llenos de curiosidad. Se acercó a los guardias y los tocó, diciendo:

—¡Oh, son personas reales! ¡Se quedan tan quietos que parecen maniquíes! ¿Son guardias de seguridad?

Uno de los guardias de seguridad se sintió molesto y levantó la mano para agarrar el cuello de Ángel y levantarlo en el aire. Le preguntó:

—¿Nunca has oído hablar de guardias de seguridad?

Ángel respondió:

—¿Guardias de seguridad que pueden pelear?

Nadia se asustó al escuchar esto y se apresuró a interceder. Dijo amablemente frente a los guardias de seguridad:

—Mi esposo no sabe mucho, por favor, no lo asusten.

Luego, golpeó a Ángel con fuerza y le ordenó:

—¡Deja de meterte en problemas y entra rápido!

Los guardias de seguridad miraron con desdén.
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