Liliana respondió tajantemente:
—¡No tienes opción de negarte!
Mateo, viendo que no podía escapar, dirigió su mirada hacia Fabián.
Se acercó rápidamente a Fabián y le suplicó:
—Fabián, ¿puedes ir en mi lugar?
Apenas terminó de hablar, Liliana le dio un puñetazo en la cabeza a Mateo.
—Mateo, ¿no ves en qué estado está Fabián? ¿Cómo te atreves a decir eso?
—Si Liliana me necesita, puedo ir —dijo Fabián, justo después de que Liliana terminara de hablar.
Liliana lo miró atónita:
—¿Mi hermano está loco y tú también te vuelves loco?
Fabián:
—Liliana, elegí esta carrera precisamente para poder ayudarte en tu trabajo.
Mateo:
—¿Quieres ayudar a mi Liliana a cazar fantasmas?
Fabián asintió:
—Sí, no es fácil para una chica viajar sola por todos lados. Es más seguro si tiene a alguien a su lado, así que elegí una carrera relacionada.
Liliana lo miró con desdén:
—Aunque hayas estudiado esa carrera, no tiene nada que ver con mi trabajo. Tú te enfrentas a cadáveres, que no causan daño, mientras que y