Por la noche.
Manuel les dio la buena noticia a Nicolás y Leo, que acababan de regresar de entrenar. Incluso les permitió hacer una videollamada con Ximena para ver a su nuevo hermanito.
La llamada se conectó al teléfono de Alejandro, quien contestó rápidamente.
Al ver a los dos chicos bronceados, Alejandro arqueó una ceja y bromeó:
—¿Fueron a excavar minas en África?
Nicolás hizo una mueca:
—¿Por qué no vienes y lo pruebas tú mismo?
Leo le dio una palmada en el hombro a Nicolás:
—Nicolás, al grano, no tenemos mucho tiempo.
Nicolás asintió:
—¿Dónde está nuestro hermanito?
Alejandro apuntó el teléfono hacia el bebé en la cuna, sin mostrar ningún cariño en su mirada.
—Aquí está.
Nicolás lo miró y frunció el ceño:
—¿Por qué es tan feo?
Leo también se quedó perplejo:
—¿Este es nuestro hermano?
—¡Es un mono!
De repente, se escuchó la voz de Liliana desde la puerta.
Alejandro se giró sorprendido y vio a Liliana entrando de la mano de Simona.
—¿Liliana? ¿Cómo has vuelto?
Liliana se acer