POV: Credence Foster
Vi cómo sus ojos se espantaron al ver mi rostro.
Fue como si el mundo se le viniera abajo.
En su mirada, lo vi todo:
Confusión. Dolor. Rabia. Amor.
Me había reconocido.
—¿Qué significa esto, Credence? —me preguntó con una mezcla de miedo e intriga, con la voz quebrada, como si temiera la respuesta.
La miré, con calma. Le acaricié el rostro.
Pensé que se apartaría, que se rompería el momento… pero no.
Me permitió tocarla. Me permitió sentirla.
Eso lo cambió todo.
—Lo que ves… esta, Danika… —le dije con voz grave— es mi otra personalidad.
Ella se quedó en silencio.
—Pero… ¿por qué viniste a salvarme? —me dijo después, con un hilo de voz—. ¿Cómo supiste todo esto?
La miré, y mientras pasaba mis dedos por su mejilla, lo supe.
Ya no había duda.
Ella no amaba al maldito Ferraro.
Era mía.
Lo vi en sus ojos.
En cómo su cuerpo aún temblaba con cada roce de mis manos.
Ella era mía. Siempre lo fue.
—Mis hombres te vigilaban —le confesé—. Ellos me dijeron