Horacio se sentaba en su amplio escritorio, firmando varios documentos, en aquel momento, Jim ingresaba.
-Señores Kent que sorpresa verlos-.
-Jim, es un gusto…pasamos por aquí a despedirnos, regresamos a casa, es hora de volver-.
-Es una verdadera lástima que se marchen, se les extrañará-.
-Jim que lindo de tu parte, saluda a tus padres de nuestra parte-.
-Gracias les daré sus saludos…Horacio te dejo la carpeta con todo listo, Emma tiene ya listos los presupuestos, esperamos que los revises-.
-Lo haré ahora-.
Jim se despedía de los Kent, por alguna extraña razón, el ambiente era por decir, algo tenso.
-Bien hijo, nos vamos a plantar, tomar té y vivir nuestra vida en paz-. Kat y George se colocaban en pie, le abrazaron y salieron de la oficina, al llegar a la calle miraban por unos minutos el edificio.
-Que lo ampare la vida-.
-Y que lo ampare bien, esa chiquilla va fuera del rumbo cariño-.
Se tomaron la mano, el taxi que justo pasaba por allí fue abordado por el buen par de abuelos Ke