La noche iluminaba la carretera; Madelin miraba pensativa por la ventanilla del auto, algo distraída y ausente, vagando en su mente y sus recuerdos, Leonard miraba atento la carretera, la luna resplandecía, la brisa era fresca, una noche iluminada por la luna, era digna de admirar.
Se detuvo a un costado de la carretera invitando a Madelin a bajar del auto.
-Es una noche hermosa, quería apreciar este momento-.
-La noche está hermosa, me gusta atesorar estos instantes, en un tiempo no muy lejano, no podré admirarlos-.
Guardaron silencio. Leonard intentó mantener la calma, rodeaba a Madelin con sus fuertes brazos.
-Tu y yo, admiraremos cada día, es una promesa, no te dejaré sola, puedes contar conmigo-.
-A veces, siento que es algo egoísta de mi parte, podrías ser feliz con alguien que…-.
-Uhhh…silencio, no digas más, apreciemos la noche juntos-.
-Estamos a pocos kilómetros de casa, tienes toda la razón-. Madelin le abrazó cerrando sus ojos.
Existían días en que ella, realmente se sentí