Después de almorzar y compartir platos deliciosos, Rob proponía ir a la terraza, desde allí se podía apreciar el atardecer, la ciudad poco a poco se iba iluminando.
La señora Fresno elogiaba el postre de Kimi, y ella a su vez, expresó que era realmente, era la tía Loly quien debería llevarse los elogios.
-Loly, gracias por deleitarnos con tus especialidades-. Iris intentó ser amable con su hermana.
-Me lo enseñó papá, le gustaba comerlo los domingos en el jardín, papá era un excelente repostero, lo echo de menos, estaría feliz con la boda de Archie, la casa se siente vacía sin él-.
Todos se miraron entre sí, la ausencia del abuelo era notoria, causaba nostalgia en la familia, los ojos de Loly se llenaron de lágrimas que no pudo contener.
-Tía, no estés triste, iremos a visitarte los domingos, comeremos esta delicia contigo-. Archie sonreía mientras le daba un abrazo.
-Creo que nunca le gustaron las visitas inoportunas, por eso nunca estuve un fin de semana en casa, para no incomodar-.