Madelin apreció las hermosas lámparas en cristales rojos y naranjas, los manteles de un rojo vino y bordes dorados. Las ventanas amplias, decoradas con macetas de rosas blancas daban un toque acogedor, aportando belleza, elegancia y un estilo moderno. La vista era perfecta, un hermoso techo de tablas intermedias con candeleros que colgaban de los postes; desde las grandes ventanas se podía apreciar, al fondo, el mar. Un paisaje espectacular que permitía ser observado durante la cena.
“Montauk Seafood Breeze” era un sitio encantador.
“Si vienes una primera vez… volverás muchas veces más”, decía Misha con voz triunfal. Desde la ventana se podía apreciar el cielo despejado, repleto de miles de estrellas.
-Es nuestro restaurante favorito, les encantarán los platos que sirven aquí-. expresó el señor Greco.
-Mamá no sale de aquí, creo que es por la barra de ensaladas-. replicó Aris.
-Apuesto que así es, el sitio está entre los diez mejores de la zona-. afirmó el señor Greco, mientras Mi