"—Livana...
La dulce voz hizo que la chica se sintiera arruyada.
Le resultaba tan conocida como si la conociera muy bien y al abrir los ojos enseguida vio a una mujer preciosa.
Tan blanca como la luna, y el cabello dorado.
—Querida, al fin puedo verte.
Has despertado tu poder dentro de ti.
Livana abrió la boca impresionada sabiendo quien era ella.
—La luna y el sol nunca han podido reunirse má que por medio del eclipse.
Sol tuvo a su hijo y la luna tuvo a la suya.
Sus hijos fueron enviados a la tierra donde podían amarse pero no lo hicieron.
Pero por medio tuyo y de Valerio, querida.
Finalmente el sol y la luna se han encontrado.
Han creado su propio eclipse.
Puedo amar a través de ti.
Como el sol puede amar a través de tu amado.
No te preocupes, querida niña.
Naciste para estar con él.
Y él, contigo.
Nunca más se perderán porque ustedes son nuestros protegidos."
Al despertar Livana frunció el ceño sin entender todo aquello.
Sin embargo, la esperanza renació y ahora tenía la certeza d