Cuando finalmente se les permitió ver a Maxwell, entraron a la habitación con el corazón apesadumbrado. Él yacía en la cama, conectado a múltiples monitores que registraban su estado. La máquina pitaba rítmicamente, y cada pitido era un recordatorio de que estaba vivo, aunque sumido en un sueño profundo.
Abigail se acercó a su hijo, sintiendo la fragilidad de su situación. Tomó su mano, que estaba fría, y la acarició suavemente.
—Estamos aquí contigo, Maxwell —susurró, aturdida con la situación—. Por favor, vuelve con nosotros.
Máximo se unió a ella, y juntos se quedaron junto a la cama. Aunque Maxwell estaba en un coma inducido, sabían que llegaría el momento de que él despertaría.
***
Noah al saber todo en la mañana no dudó en ir a la clínica. Allí se encontró con los padres de Maxwell, quienes estaban afectados por la situación de Maxwell.
—Vine tan pronto me enteré de lo ocurrido, ¿cómo está Maxwell? —quiso saber
Los padres de Maxwell miraron al abogado y le explicaron la situa