Narrado por Amet Faddoul:
He venido a este lugar con un propósito, y la noche se me hizo eterna.
Me despierto en la habitación del hotel con la sensación de haber dormido poco, aunque el reloj marca que han pasado más de seis horas. La noche fue larga, no por el silencio, sino por la presencia constante de Kiara en mi cabeza. Me siento un idiota. Un idiota por estar solo. Por no tenerla. Por no saber si alguna vez podré tenerla. Debí traer a alguien que me hiciera compañía, una mujer que fuera lo suficientemente caliente como para distraerme de la estupidez que ha estado rodando en mi cabeza en estos últimos días.
La cama está revuelta, pero no por pasión, sino por frustración. Me doy una ducha rápida, el agua está tibia, pero no me relaja. Me visto con calma, elijo una camisa clara, americana, pero sin perder el toque árabe en los detalles. Hoy no soy Amet Faddoul. Hoy soy Rami Nash, hijo de sirios, nacido en Michigan, con una historia que se parece lo suficiente a la de Fatima co