La duda se presenta en mi vida, pero no es suficiente para desistir del deseo carnal y pecaminoso que tu piel despertó en mi interior.
Lucían
Despierto con el sonido de un pit a mi lado, remuevo la cabeza de un lado a otro intentando espantar los rastros de inconsciencia que aún me quedan.
Abro los ojos y veo que me encuentro en mi habitación. Parker se encuentra desparramado en el sofá, duerme profundamente. Tiene las manos entrelazadas entre sí sobre el pecho y respira por la boca.
Trato de incorporarme, pero al hacerlo me duele. Aprieto los dientes y vuelvo a mi posición lanzando un rugido que despierta a Parker.
—¡Hasta que despiertas! —exclama somnoliento.
—¿Qué fue lo que sucedió? ¿Por qué estoy aquí? —inquiero.
—¿No recuerdas lo que sucedió? —cuestiona y su mirada cambia.
Cierro los ojos un segundo y pienso.
—El ataque, me hirieron. —Asiente—. ¿Tienen al hijo de perra que me disparó? —Sonríe y eso es suficiente para saber que lo tienen.
—Buenos días. —Levanto la cabeza al escuc