—Me levante viendo la luz del sol entrar por la ventana y me maraville al ver a la persona al lado mío. Su cara tan relaja y su respiración acompasada me reconfortaban y avergonzaban, pude notar las marcas en su cuerpo. Su piel tan blanca estaba llena de moretones, hematomas y chupetones, sus labios y ojos hinchados me decían que tan rudo fui con ella anoche. Me arrepentí de serlo, la escuche rogar y llorar, y al mismo tiempo la escuche gemir mi nombre incontables veces, me provocaba cada cierto tiempo, encendiendo la lava de celos en mí y no pude contenerme en absoluto. Tengo que disculparme con ella, pedirle las explicaciones pertinentes de buena manera, yo mismo dar una buena explicación y ser como siempre soy. Aun no entiendo que me paso anoche, ni yo me reconocía y eso me asusto, esta niña no sabe el poder que ejerce en mí y espero no se entere, porque será mi tumba.
Me levante despacio para no despertarla, entre en el baño me calme con una ducha fría, me puse una bata, salí, bus