CAPÍTULO 15
No volví a entrar en su despacho, una parte de mí estaba aterrada por lo que mi otra parte quería que él me hiciese, por lo que dejaría que me hiciese, así que tenía que evitarlo, tenía que evitar la tentación.
Cuando llegué a casa la comida estaba sobre la mesa, y podía escuchar a mi madre reírse mientras hablaba por teléfono con una de sus amigas del baile.
Cené aquel revuelto de patatas con jamón, con calma, y luego recogí la cocina, mientras mi madre colgaba el teléfono y llegaba hasta la cocina.