Capítulo 37. La búsqueda de Trina.
Lisandro y Carolina se dirigieron rápidamente hacia el muelle mencionado en la llamada. La adrenalina corría por sus venas mientras él conducía a toda velocidad, porque cada segundo contaba.
Cuando llegaron, aún los hombres no habían llegado, pero ellos dos empezaron la búsqueda.
—Tú vas a la izquierda y yo a la derecha, en cinco minutos nos volvemos a encontrar aquí.
Así lo hicieron, comenzaron a buscar, mientras no dejaban de llamar a la pequeña.
—¡Trina! ¿Dónde estás? —gritó Lisandro mientras no dejaba de observar en cada rincón. Cada minuto que pasaba su ansiedad aumentaba.
Lisandro y Carolina recorrían frenéticamente el muelle abandonado, sus voces resonando en la oscuridad mientras llamaban a Trina. El frío viento nocturno azotaba sus rostros, pero apenas lo notaban, concentrados únicamente en encontrar a la pequeña.
—¡Trina! ¡Trina, mi amor! Mi pequeña princesa, grita algo ¿Dónde estás mi corazón? —gritó Carolina, su voz quebrándose por la desesperación.
Lisandro escudriñaba c