—Yo… —escucho por un momento la respiración entrecortada de Theo—. Yo solo me siento tan perdido y solo sabia que queria hablar contigo.
—¿Entonces solo me buscas para consuelo?
—¡No! —Theo gruño frustrado—. Te extraño Gabriela, por la diosa luna Gabriela, te juro que a veces no puedo ni respirar de lo mucho que te extraño.
Gabriela intentaba controlar sus emociones, que amenazaban con explotar pronto.
—Yo no te he extrañado —mintió intentando herirlo—. Yo te olvide tan rápido como te fuiste.
—Lo dices como si yo hubiera querido irme…