—¿Qué haces aquí?
Gabriela estaba mirando el agua de la pileta con malestar, no sabía si estaba furiosa o triste.
—¿Estás bien?
Jose estaba a una distancia prudente, pero necesitaba abrazarla.
—Supongo que si —Gabriela levantó su vista del agua y lo encaró—. Ya te habías ido cuando fui a buscarte al despacho de mi tío Oliver.
—Liam me sacó de ahí —Jose la miró anhelante—. He estado esperando por verte, estás muy hermosa hoy.
&mdash