El resplandor que emana de Isis envuelve cada rincón de la manada. Es más que luz, más que energía; es la vibración misma de la vida. En mi pecho, puedo sentir cómo cada latido de mi corazón se sincroniza con el suyo. No hay palabras que puedan describir con precisión lo que representa para mí, para nuestra manada, para este mundo. Ella no solo es mi Luna Suprema; es nuestro puente con todo lo divino que existe.
Llevo mi mirada hacia cada integrante de nuestra manada. Lobos que han peleado, sufrido y sacrificado todo por este momento. Sus ojos reflejan devoción, respeto y admiración hacia Isis, como si hubieran esperado toda su existencia por esta revelación. Y, al igual que ellos, yo no puedo evitar sentirme pequeño ante la grandeza de quien está a mi lado.Isis levanta sus manos delicadamente, pero con una autoridad innata que electrifica el aire. Incluso los lobos má