65. AYUDANDO A LA LUNA
Miro a Isis, la Luna de mi hermano. Siempre he sido una mujer reservada, pero cuando se trata de mi hermano, no puedo esconder mi admiración.
—Es que no podía ser menos siendo mi hermano —digo, bromeando con una mueca de autosuficiencia que provoca risas entre todas. —Isis, ¿tú querrás decir que todas las lobas andan detrás de tu chico?
—¡No, Meryt! —me detiene. —Jacking solo es el humano de mi Alfa.
Hago una pausa; mi tono cambia ligeramente al escucharla, mirando a las otras de manera significativa. Pongo calidez en mis palabras, la cual rara vez muestro con tanta claridad, cuando vuelvo a hablar.
—Chicas, creo que deberíamos reunirnos con nuestros chicos. Están esperándonos en el despacho —sugiero con una sonrisa.
Le hago señas a las demás para que me dejen a Isis tranquila. Ya había notado lo afectada que está su amiga. Debían trabajar en conjunto, poco a poco, para que ella se recuperara. Salimos felices, riendo de las ocurrencias de Antoni, que parecía una mariposa rev