Jacking estaba a punto de convertirse en Alfa Supremo, decidido a someter a las brujas y acabar con sus vidas. Tanto Mat como él estaban enfurecidos. Justo en ese momento, entraron Amet, Horacio y Bennu, quienes corrieron a su lado.
—¡Neiti! ¿Qué locuras son esas que estás hablando? —increpó el beta Amet, visiblemente molesto.—¡Perdón! Yo solo hablé de lo que escuché —se disculpó aterrorizada Neiti, retrocediendo y arrodillándose.—¡Mi Alfa, solo pedimos lo que es justo para nuestra manada! —insistió la bruja Rosa, con un tono que no le agradó al Alfa.El despacho quedó sumido en un silencio pesado, roto únicamente por las respiraciones tensas de Neiti y Rosa. Ambas se estremecían bajo el peso del poder del Alfa, como si la misma atmósfera se hubiera vuelto más densa. Jacking inhaló pr