HORACIO:

Amet suspira, con la paciencia típica del gran Beta que nunca le ha faltado, pero que esta vez parece desgastarse más rápido. Y lo entiendo, no se trata de extraños, sino de mi mitad, y para ellos es familia.  

—En un principio, llegamos a creer que Julieta podría tener dos mitades. Por eso no lo matamos. Después pensamos que le habían hecho un trabajo para conectarlo con la esencia de ella, y temíamos que le pasara algo a ella. Estábamos esperando por ti —sigue explicando Amet. —Pero ahora nos damos cuenta de que no es nada de eso. Todo es un ardid para que él la marcara y la llevara con ellos. Menos mal que tú habías sentido su esencia y lo descubriste a tiempo.  

Su última explicación me aclara muchas cosas en mi cabeza, y Hor ruge complacido dentro de mí. Claro, él podrá reclamar lo que quiera, pero jam&aacut