BLAIR

Me quebré por dentro.

No pude aguantar más mientras bajaba la cabeza hacia la alfombra y comenzaba a vomitar.

Tenía tanta rabia y miedo, me sentía tan destruida, tan poca cosa.

¿Por qué? ¿Por qué siempre era prescindible para todos?

¿Cómo pudo mi propia hermana hacerme esto?

Fui arrastrada hacia algún sitio, mi cuerpo estaba tan débil que no podía resistir aunque quisiera.

Las frías baldosas del baño arañaron mis rodillas.

El olor, de nuevo intenso, me inundó, y las sombras de esos gigantes se movían frente a mí.

—Chicos, es una pena desaprovechar La Sangre del Cardenal que nos dio el Alfa, démosle a esta perra un buen chapuzón…

Me odiaban, me aborrecían tanto por asesinar al pervertido de su Alfa y a su hijo.

—Suéltenme… no, no, suéltenme…

Apenas y podía protestar.

Algo tapó mi cabeza y la luz se apagó de mi mundo.

Fui cargada y sabía muy bien que me meterían dentro de la bañera.

El video de esa pobre mujer siendo ahogada irrumpió en mi mente en pánico.

Cuando mi