CAPÍTULO 16. NO QUIERO QUE MUERAS
Soltó la taza que tenía entre sus dedos y corrió hacia Camila, para intentar evitar que se golpeara al caer al suelo, pero fue inutil, cuando llegó a ella, yacía inconsciente.
— ¡Guadalupe! —gritó buscando a la chica de servicio. — ¿Dónde estás? —la llamó, tomando entre sus brazos a Camila y salió con rapidez con ella para recostarla sobre uno de los sillones de la sala.
— ¿Qué necesita? —la joven salió del cuarto de servicio, en cuanto escuchó que la llamaba.
—Llama al doctor De la Peña y solicita que venga cuanto antes —ordenó.
—Enseguida, señor.
William desabrochó algunos botones de la blusa de la chica y subió sus pies sobre algunas almohadas, al notar que respiraba, sintió alivio.
— ¡¿Qué le pasó a mi mamá?! —Ivy se exaltó, ya que entró a la casa al escuchar los fuertes gritos de su papá. Con rapidez se movilizó hacia Camila, y la tomó de la mano—. Mamita por favor no te mueras —suplicó derramando varias lágrimas.
—Tranquila, Ivy —William se acercó a ella, sintiéndose mal a