Cuando volvimos al dormitorio, Cristofer seco con suavidad mi cuerpo, haciéndome disfrutar de sus besos y de sus caricias, ayudandome después a ponerme la lencería y el camisón, abriendo la ropa de la cama para que me tumbara, cogiendome antes de mi brazo poniendome frente a él
— ¿Te he hecho mucho daño? — me pregunto, haciéndome reír, al ver el semblante de su cara
— Si y me lo voy a cobrar con el anillo más caro que encuentre en una joyería — le dije sin dejar de reir
— ¿Sabes una cosa Noelia? — me pregunto
— Que se te ha ocurrido ahora Cristofer — respondí
— Voy a hablar con mis abogados para que te pongan como total heredera de la mitad de mi fortuna, dejando a Melissa y al futuro bebe la otra mitad, porque yo solo quiero conservar lo más valioso que tengo en mi vida, y esa eres tu — me dijo tumbandose a mi lado, sin dejar de besarme por cada trocito que veía de mi cuerpo
— Estas loco ¿lo sabías? — pregunte
— Es la única forma que tengo de compensar todo lo que te he hecho sufrir,