SÁDICO
Capítulo 33Elisa ScottTodo está oscuro y en silencio.Mis manos se encuentran atadas contra el espaldar de la silla en donde me encontraba sentada hacia casi dos horas, mientras el ardor de mi cabeza y la boca de mi estómago a medida de que pasaban los segundos se volvían más intensos por mi embarazo.La venda que cubría mis ojos no me permite ver nada, ni siquiera podía mover mis pies, puesto que estos también se encontraban atados con algo demasiado pesado que comienza a roer la piel delgada de mis tobillos.Solo logré oír algunos susurros en italiano y estaba más que segura que ninguna de esas voces pertenecía a mi novio y por ende sabía que Maximiliano no estaba en esta habitación. En pocas palabras, él me creía una traidora y me hab&iacut