Luca
Seguimos el rastro de sangre las hembras, habían estado recorriendo entre callejones y calles casi destruidas de la ciudad, hasta llegar a uno de los pocos edificios de departamentos que estaba casi intacto. Estábamos frente al edificio, cuando el olor a desinfectante, cloro e insecticida nos golpeó. Era algo realmente espantoso, pero solo ver la sonrisa del rey Nicolai me calmo.
-¿por qué sonríes?-preguntó Cael al rey vampiro.
-por qué eso que hueles ahí lobo, es mi hija, Zacarías ha enseñado a mis hijos muy bien, los ha entrenado desde que eran pequeños, saben cómo desenvolverse en ambientes hostiles, subsistir solos, resistir, esconderse. Además se les enseño a dejar rastros para ser encontrados. Mi hija está en ese edificio-dijo el rey vampiro, indicando el edificio de donde salía el aroma apestoso.
-veamos primero si nos siguen, siento de que hemos llegado sin problema hasta aquí, no es algo muy propio de una ciudad repleta de vampiros asesinos y traidores-decía el beta Sash