A las 8:30 en punto, Derek y Simone aparecen en la puerta.
Los recibí dentro y abracé con fuerza a mi pequeña amiga de la infancia, de cabello oscuro.
—¡Lila! ¡Estoy tan feliz de verte!
—Yo también. Dios sabe que realmente necesito hablar con una amiga —admití.
—La Diosa Luna —me corrige Derek, y me molesta su actitud. Recuerdo cómo trató a Ian cuando descubrió que era humano y el hecho de que mostró una falta de respeto, sabiendo que había dejado mi manada para vivir entre humanos.
—Debes de ser un encanto para convivir —dije con sarcasmo—. Ponte cómodo, Derek. Darius llegará en cualquier momento. Me llevo a Simone a la sala.
Él asiente y yo le indico el camino a mi amiga.
—¿Cómo se siente estar de vuelta? ¿Cómo es vivir con los Carter? ¡Quiero saberlo todo! —me sonríe ampliamente, mostrando sus lindos y perfectamente alineados dientecitos en cuanto entramos a la sala.
—Despacito —me reí y me senté en un sofá color burdeos. Ella se sienta junto a mí y deja su bolso de alta gama sobre