Antes de que Elena o Mariah pudieran reaccionar, las criadas con Iris le lanzaron algo que la hizo perder el conocimiento al instante. Una de ellas se teletransportó con Elena, que estaba inconsciente, justo a tiempo para que un guardia apareciera y viera a Iris, que sangraba y lloraba.

Mariah seguía en shock. Lo que Iris acababa de hacer era lo que veía a menudo en las películas de humanos cada vez que iba al cine con Naomi. Nunca, en su vida, imaginó que una dragona orgullosa como Iris pudiera recurrir a un método tan turbio. Se quedó mirando a Iris, que lloraba, a quien la otra criada ahora intentaba atender, y sintió ganas de levantarles el pulgar. De hecho, se lo merecían por sorprenderla tanto.

"¿Qué pasó, Lady Iris?", preguntó el guardia.

"Es Lady Mariah", dijo la criada entre lágrimas. "Mi señora estaba hablando con ella, y antes de que nos diéramos cuenta, se quitó la horquilla y apuñaló a Lady Iris".

El guardia miró fijamente la mano de Mariah; al ver la sorpresa en sus ojo