— No, la abuela pensará que estamos muy unidos.
Natalie frunció el ceño y estaba a punto de decir algo cuando Leonardo ya la estaba cogiendo de la mano y se dirigía al interior.
Acababan de entrar en el salón y Josefina se acercó con una sonrisa.
Se rió cuando los vio tomados de la mano.
—Natalie, a ver si has adelgazado, ¿has trabajado mucho últimamente?
Natalie negó con la cabeza, —No.
Josefina la llevó a sentarse en el sofá y le dijo: —Si estás demasiado cansada para trabajar, no lo hagas, el trabajo es cosa de hombres, nosotras sólo tenemos que ir de compras y comprar cosas.
Natalie sonrió, Josefina había creado el Grupo Ramos con el abuelo de Leonardo cuando era joven y era gran accionista de la empresa.
No esperaba que ahora sería tan simpática y le permitía quedarse en casa sin trabajar.
—Abuela, si me quedo en casa todo el tiempo, me aburriré.
Al ver su insistencia, Josefina tuvo que decir: —Bueno, lo que quieras.
—Sí.
Natalie cogió el té de la mesa y tomó, y descubrió que sabí