Colgó el teléfono y pensaba: 《es el momento de matar a Natalie, pero si ella es Iris, tendré que tener más cuidado o no sólo no podré matarla, sino que lo más probable es que él también muera.》
Medianoche, en el Valle de Nube.
Natalie, vestida con una ropa negra nocturna y moviéndose tan ligera como una gata, entró rápidamente en el chalet de Leonardo.
Leonardo no vivía aquí, salvo alguna criada y guardaespaldas, no había nadie más.
Por la noche, Natalie buscó por el chalet evitando a todo el mundo, pero no pudo encontrar a Karol.
Se quedó pensativa un rato y empezó a buscar en el sótano del chalet.
Diez minutos después, encontró por fin la entrada al sótano, al fondo del lavadero.
Natalie caminó rápidamente hacia la puerta y cuando iba a abrirla, las luces del chalet se encendieron de repente.
Al instante tuvo un mal presentimiento y quería salir corriendo, le agarraron la muñeca.
Llegó el familiar olor a pino y la gélida voz de Leonardo sonó detrás de ella.
—Natalie, ¿puedes decirme