— Abuela, lo sé, no hace falta que lo digas.
Durante la semana siguiente, Leonardo no apareció ante Natalie, como si de repente hubiera desaparecido de su vida.
Carlos la buscó y le entregó un contrato de cesión.
Leonardo le dio la mitad de las acciones del Grupo Ramos a su nombre, 200 millones de dólares de indemnización y muchas propiedades en Monteflor, pero Natalie se negó en redondo.
Estaban divorciados y ella no necesitaba esas cosas.
No esperaba que Leonardo fuera tan generoso.
Carlos volvió al Grupo Ramos y le contó a Leonardo lo que Natalie le había dicho.
—Señor Ramos, la señorita López no aceptó esas cosas de ninguna manera.
Leonardo miró los papeles y sin levantar la vista dijo: —Busca la manera de transferirlos directamente a su nombre.
—Bueno, entendido.
Después de que Carlos se fue, Leonardo no podía concentrarse en los papeles, los tiró a un lado y descansó con los ojos cerrados.
—¡Buzz!
El móvil de la mesa sonó de repente con un número desconocido.
Beata dijo con pánic