Natalie se rió y no continuó burlándose de él, -Acepté porque quería llevarte conmigo.
Leonardo se quedó helado y luego dijo: -Me parece bien.
-Entonces, ¿por qué no te cambias de ropa?
Diez minutos después, al ver que Leonardo no sólo se había puesto su mejor traje, sino que también se había peinado, Natalie dijo: -¿Tienes que ser tan exagerado? Ni siquiera te ponías así cuando éramos novios.
-Por supuesto que es necesario, hoy voy a ver al enemigo.
Natalie puso los ojos en blanco, -¡Siento que cada vez te pareces más a un niño!
Cuando llegaron al restaurante, Fausto ya estaba allí.
Vio que venía Natalie con Leonardo, su sonrisa se desvaneció y finalmente se quedó inexpresivo.
Evidentemente, no sabía que Natalie y Leonardo se habían vuelto.
Tras sentarse frente a él, Natalie dijo con expresión débil: -Señor Ruiz, ¿qué pasa con el contrato?
Fausto frunció el ceño, su voz un poco fría, -Señorita López, este contrato concierne a los intereses de nuestros grupos, no es apropiado que un ex