Los ojos de Leonardo se enfriaron, -Esto no tiene nada que ver contigo, no te preocupes.
-Lo sé. -Se quedó callada un rato, dijo Natalie en voz baja.
Leonardo no quería preocuparla y le dijo: -Esta noche salgo del trabajo puntualmente. ¿Qué tal si salimos a cenar? Antes querías ir a un restaurante privado, ¿no?
-Otro día. Tengo algo que hacer esta noche.
-Bueno.
Después de colgar, Natalie llamó a Fermín: -Fermín, tengo que pedirte un favor.
Por la noche, en el Hotel de Monteflor.
El mayordomo dijo emocionado, -Señor, ¡me comuniqué con la Doctora Luna!
Ginés se sorprendió, -¿Verdad? Pide cita ahora mismo.
-De acuerdo, la llamo.
-¡No, ve tú a invitarla en persona!
Al ver que Ginés se tomaba en serio lo de quedar con Fermín, el mayordomo se marchó a toda prisa.
Dos horas después, el mayordomo volvió y le dijo a Ginés que tenía una cita con Fermín en el restaurante del hotel a las diez de la mañana.
Pronto fue la mañana siguiente, y Ginés fue temprano al restaurante a esperar.
-Señor, no h