Antes de que Ricardo pudiera decir nada, una voz helada llegó desde el chalet.
—Natalie, ¿con quién estás hablando?
Natalie se dio la vuelta e iba a contestar, y Ricardo alzó la voz y dijo: —Señor Ramos, soy yo. Acabo de llegar y me enteré de lo de Mati y Natalie, así que vine a ver a Natalie.
Apenas terminó de hablar, vio que Natalie lo miraba burlonamente.
Ricardo se sonrojó un poco y sintió como si Natalie le hubiera leído la mente.
Al instante, Natalie abrió la puerta del chalet y se echó hacia un lado, diciendo: —Parece que el señor López tiene algo que decirle al señor Ramos, ya puedes decirlo.
Ricardo: —...
《¡Natalie es tan terca!》
Pero frente a Leonardo, no se atrevió a decirle nada serio, sólo pudo sonreír torpemente, —Natalie, ¿de qué estás hablando? He venido a verte.
Natalie levantó los ojos y lo miró con frialdad, —Puedes irte ahora que me has visto.
El aire pareció congelarse incluso después de que ella terminara.
Ricardo vio a Leonardo, que lo miraba con cara de hielo, y