Por otro lado, un montón de gente ya se había reunido abajo en la empresa MY, todos gritando para que MY hiciera justicia.

Todas estas personas fueron convocadas por la familia del paciente con alergias severas, y parecían atrevidos como mafias.

—¡Que salga la responsable! ¡O tendremos que entrar!

—Sí, deberían haber pensado en esto cuando hicieron tal ropa. ¡Si sigues escondiéndote, tendremos que entrar a la fuerza!

—¡Sal! ¡Dile a tu jefa que salga!

...

Gritaban y vociferaban mientras se abrían paso a empujones dentro del MY, y los guardias de seguridad no podían detenerlos.

Ruyman conocía la situación e inmediatamente fue a informar a Natalie.

—Señorita López, la llevaré al aparcamiento subterráneo. ¡Salga primero!.

Natalie respondió con calma: —No, llama a la policía.

Ruyman no esperaba que ella estuviera tan tranquila cuando la gente estaba a punto a subir, frunció el ceño y dijo: —Señorita López, las consecuencias serán inimaginables si sube esa gente, ¡yo la llevaré primero!

—Ruy