Lucía sacudió la cabeza con impotencia: —Siempre eres tan impulsiva.
Por la tarde, Natalie llegó como había prometido.
Apareció frente a Lucía, vestida de forma elegante y con gafas de sol.
—Lucía, cuánto tiempo, te extrañé mucho. —Le dio un abrazo a Lucía.
Lucía contestó sonriendo: —Estoy realmente impresionada por tu rapidez.
—Por cierto, ¿cómo están Yanela y Leonardo? ¿No te echarán de menos?
La sonrisa de Natalie se congeló y dijo enojada: —Discutimos y dejé a Yanela con él.
Lucía se sorprendió: —Leonardo te trata tan bien, ¿ustedes podrían discutir?
La última vez que Lucía fue a ver a Yanela, Leonardo fue muy obediente con Natalie.
Natalie dejó a hija en casa para Leonardo, así que probablemente esta vez discutieron en serio.
Natalie se rio: —No hablemos de él, me da rabia pensarlo, esta vez he venido buscarte. Por cierto, he oído que hay una calle de bares cerca de aquí, y hay muchos prostituto guapos, si estás libre esta noche, vamos a divertirnos.
—Tengo que rodar esta noche, s