—Greg, ¿en qué puedo ayudarte? —pregunté, observando su rostro serio.
—¿Te importaría si entro y hablamos de algunas cuestiones? —respondió Greg, y no pude evitar sentirme intrigado por su presencia.
Miré a Allegra, quien dudó por un momento antes de asentir con renuencia. —Puedes llevarlo a mi ofic