Becca.
El tiempo pasaba lentamente desde que Neal se había ido, y a medida que el sol avanzaba en el cielo, mi preocupación aumentaba. Intenté comunicarme varias veces a través del teléfono satelital, pero todo lo que obtuve fueron timbres y mi creciente frustración.
—¿Nada nuevo? —Layla me hizo esa