13. Un problema resuelto
—Marcos y todos esos hombres asesinaron a mi hermana —reveló Victoria.
—No, eso no es verdad. Tu hermana se suicidó.
—Ellos la asesinaron —aseveró la mujer, apretando los puños— y deben pagar. Es todo lo que necesitas saber.
Sin embargo, aquella justificación no fue suficiente para Mónica, así que exigió a su prima desistir de lo que tenía planeado con Marcos, lo cual solo la hizo enfadar.
—Vete de aquí y no vuelvas —dijo Victoria con tono de amenaza—. No les ha ido nada bien a aquellas personas que interfirieron en mis planes.
—No te tengo miedo, primita y no me voy a ir de aquí. Esperaré a Marcos y se lo diré todo. No voy a convertirme en tu cómplice.
—Entonces, iremos a la cárcel las dos —gruñó Victoria—. Gracias a ti dos de esos hombres están muertos.
—Yo no sabía tus verdaderas intenciones.
Mónica vaciló por un momento, pero después volvió a mantenerse firme en su decisión, y no flaqueó ni siquiera cuando Victoria la amenazó de muerte. Mónica no creía realmente que su prima se at