Capítulo 14.
Por la mañana despertó con más ánimo. Nada había cambiado entre los habitantes de esa mansión. Nixon fue con ella en el auto, llegando juntos a la empresa. No obstante que Kael la viera con ese hastío de siempre la hizo rodar la mirada.
No lo quería cerca. Estuvo a punto de hacer una estupidez que Avery nombró como “Una loca tentación”, pero a ella le supo más a una tontería por no llamarlo otra palabra que la hiciera sentir peor. Él era insoportable y ella para él, solo era una pequeña intrusión en sus planes. No valía la pena y no perdería su tiempo en cosas que no le generarían ninguna ganancia.
Lo evitó los días que siguieron, o trató de hacerlo, porque esas miradas llenas de un imponente deseo seguían existiendo.
Atila no la acompañaba en su desprecio por él. Aunque lo atribuyó a que no lo conocía realmente, le molestaba ver cómo llegó a hacerle mimos.
¡A su niña! ¿Cómo se atrevía? ¿Por qué las aceptaba Atila también?
Naenia por su parte no desaprovechó una oportunidad con K