Margaret
Miré con asombro la casa frente a mí, no era tan grande como la de Nikolay, pero definitivamente era más moderna y había sido renovada últimamente.
—¿Linda, eh? Es la casa de Sariah y su esposo, Mijail. Ella nos está esperando.
Miré a Faddei, quien seguía en mis brazos y ahora jugaba con mi cabello. Estaba segura de que iba a terminar enredándolo, pero no importaba, mientras no llorara, estaba bien para mí.
Miré extrañada a Melisa, al ver los juguetes y muñecas esparcidos alrededor del jardín frontal, junto a un pequeño castillo de princesas.
—¿Qué es eso? —le pregunté a Melisa. Ella sonrió.
—Para la hija de Sariah, ella apenas va a cumplir un año en 6 meses, pero Mijail estaba muy emocionado.
Sonreí ante sus palabras.
—No sabía que Sariah tuviera una hija —le comenté.
—Sariah es una buena mujer, estoy segura de que ama a su hija, pero no todas las personas tienen la misma manera de amar.
—¿Por qué dices eso? —le pregunté confundida
—Ya verás.
La puerta de la gran casa se ab