El comienzo de algo más profundo (3era. Parte)
Tres días después
Venecia
Alexander
Mi boda con Claire no había sido un final; era una reafirmación. El comienzo de algo distinto: maduro, responsable, desafiante… pero lleno de futuro. Una celebración hermosa, con votos que todavía me quemaban en el pecho, discursos, risas, deseos sinceros.
Juro que me sentí en las nubes al llamarla mi esposa. Me perdí en esos ojos azules, en esa sensación de magia absurda, en la certeza de estar exactamente donde quería estar.
Después vinieron las fotos —interminables— y, finalmente, el primer vals. La música flotaba de fondo mientras nos movíamos despacio. Yo no podía borrar la sonrisa. Claire era mi ancla y, al mismo tiempo, la responsable de que olvidara el mundo entero.
—Señora Harrington… —murmuré con una sonrisa torcida, inclinándome hacia ella— apenas podamos, nos escapamos. Quiero tenerte solo para mí.
Claire soltó una risa suave, rozándome el cuello con la nariz.
—Antes, amor… —desvió la mirada hacia las mesas—. Debes despedirte de tu madre