Capítulo 30 :El Veneno de la Traición
El regreso al santuario estuvo cargado de un silencio pesado. Aunque habían repelido a la Orden y salvado a los prisioneros, el ataque en el claro no era más que un recordatorio de lo cerca que estaban del peligro. Damien, al frente del grupo, mantenía su postura rígida mientras su mente repasaba lo ocurrido.
Aurora, a su lado, observaba cómo los demás caminaban en silencio: Elias y Selene atendían a los prisioneros heridos, mientras Kael y Freya ayudaban a reforzar las barreras mágicas alrededor del santuario. Sin embargo, Marcus, siempre alerta, parecía más serio que de costumbre.
El eco de una sospecha
Cuando llegaron al santuario, Damien reunió a Marcus y Elias en la sala principal. Selene y Freya se quedaron cerca, atendiendo a los sobrevivientes y ayudando con las defensas. Aurora se unió al grupo, consciente de que algo más estaba en juego.
—El traidor que enfrentamos antes fue solo una pieza en el tablero de Evangeline —dijo Damien, su voz