35. ¿Rendirme yo? Jamás.
Resoplé alertado por mi urgencia, temiendo volver a llegar con retraso a la oficina. Mi móvil sonó aumentando mi inquietud, pero advirtiendo con alivio que no se trataba de mi ayudante.
— ¿Sí? —pregunté sin reconocer el número.
—Hola Pet, mi rey ¿cómo estás? —saludó Richy con su inigualable deje amanerado, sin llegar a dudar de quién se trataba.
—Hola Richy ¿qué tal? ¿ha pasado algo? —me preocupé al no entender su llamada a mi teléfono y no al de su mejor amiga.
—No nene, no te asustes. Solo es que Oly tiene el móvil fuera de servicio y supuse que estarías cerca, por lo tanto, he decidido disculparme a través de ti, quizás seas más benevolente que mi querida Olympia.
— ¿Disculparte? No entiendo... —contesté confuso.
—Sí, por lo de la cena de anoche, Mark no podía acudir, mi pobre chico se ha lesionado el pie y quise quedarme a cuidarlo. Ya sabes, además no era plan de estar de carabina con ustedes, así que lo dejamos para otro día ¿Ok?
— ¡Vale, vale! Espero que se rec